El 20 de diciembre, a la Plaza

Por el juicio y castigo, por el salario, por el techo



El tercer aniversario del gobierno de CFK llega en medio de una crisis de gabinete. El eje de esa crisis cruza nada menos que al aparato de represión del Estado. El asesinato de Mariano había sacado a la luz el entramado de la burocracia sindical y sus patotas con el aparato policial -y de ambos con el régimen político y sus camarillas empresariales.

Los crímenes de Formosa y Soldati han acentuado esa crisis, y no sólo por haberle añadido nuevos muertos al gobierno K. La intervención policial en Soldati quiso ser un viraje en la política represiva. Por primera vez, el gobierno accedía a ‘prestarle' la Federal a los fiscales macristas. Ante la acusación de "tercerizar la represión" después del crimen de Barracas, el gobierno K se quiso pasar al campo de la "represión legal".
Pero el viraje terminó en nuevos crímenes policiales y en una aguda crisis política. En Soldati, el fracaso de la represión policial devolvió al primer plano a las patotas. El régimen volvía, en cuestión de horas, al escenario de Barracas. En este caso, cargando con la doble hipoteca de la zona liberada y de un crimen policial.

Ministerio de Seguridad

La pretensión de salir de la crisis con un traspaso de jurisdicciones -la creación de un ministerio de Seguridad- es una operación de maquillaje, pero que encierra la posibilidad de nuevas crisis con el aparato de la Federal. Esta no tiene disposición a que le descuelguen retratos. Después de Mariano, de Formosa y de Soldati, es muy tarde para que el oficialismo establezca una "policía renovada", como si eso fuera acaso posible. ¡Menos después del pacto con Macri, cuya única cláusula es penalizar a los que ocupen terrenos, del mismo modo que el pacto social a la Moyano penaliza los cortes de ruta! La única ‘seguridad democrática' es la que han implementado Uribe-Santos en Colombia. Pero el traspaso de órbita de la Federal va acompañado por la preservación de los Pedraza y los Fernández; y de los Gildo Insfrán, el santiagueño Zamora o el minero Gioja. Los políticos mandantes de la Federal están intactos y lo mismo vale para sus camarillas internas. Para dirigir a esta "policía renovada", el gobierno, que ve conspiraciones duhaldistas por todos lados, ha pensado en ‘Juanjo' Alvarez, el duhaldista inspirador intelectual y político de la masacre de Puente Pueyrredón. Así las cosas, el operativo de "limpieza" de la Federal podría comenzar y terminar con el desplazamiento de Aníbal Fernández. En ese caso, le darían cumplimiento a las sospechas de complicidad con el narcotráfico que ‘wilkilikeó' la embajada norteamericana. El Ministerio de Seguridad nacería en medio de guiños con la enviada de Hillary Clinton, la nueva amiga de CFK.

La agenda oficial y el aparato represivo

Estamos ante las puertas del enésimo intento estatal de remozamiento policial. Pero esta crisis del aparato de represión tiene que ser considerada a la luz de toda la situación política. La pretensión de enfrentar estos antagonismos con una burocracia sindical agotada y un aparato policial largamente descompuesto conducirá a nuevas y graves crisis políticas -y el gobierno lo sabe. Por eso, al igual que los otros intentos "garantistas", la nueva política de Seguridad debutará con un pacto con las camarillas represivas, burocráticas y delictuales.

Juicio y castigo
Surge, de todo lo anterior, la importancia crucial que cobra la movilización para que vayan a la cárcel los Pedraza y los Fernández, y se llegue hasta el final en las responsabilidades policiales y empresariales; por ponerle fin al régimen de Insfrán y establecer en Formosa una intervención responsable ante las organizaciones populares; por enjuiciar la represión policial e ilegal, y a sus inspiradores políticos, en los hechos de Soldati. Estas reivindicaciones, en este 20 de diciembre, estarán unidas a la lucha contra el pacto social que quiere derrumbar el salario; a la lucha por la tierra y la vivienda, contra el acuerdo desalojador impuesto a coro por los Macri y los Kirchner; a la pelea contra las tercerizaciones, que en el ferrocarril y en toda la industria las patronales pretenden mantener a rajatablas. El programa de este 20 de diciembre se completa con el reclamo por el 82% móvil -ninguneado por el gobierno y olvidado por sus opositores parlamentarios- y la lucha contra el pago de la deuda, después del giro oficial a favor del Club de París y del FMI. Por este programa, marcharemos el 20 a la Plaza de Mayo. Y el 21, desde la mañana, estaremos en los tribunales, para que se confirme la prisión de la patota asesina. Estas son las tareas para este 20 de diciembre.